miércoles, 30 de diciembre de 2009

El Yoga te enseña a vivir con una mente despejada y un espíritu libre


“El Yoga busca algo muy simple, sumamente simple: la quietud; cuando uno está quieto es más receptivo, más pasivo. Cuando usted encuentra esa quietud, comienza a darse cuenta de lo que es, de lo que tiene”. De esta manera, nuestro maestro Anant Singh comenzó su conferencia en el festejo de fin de año que se realizó el 19 de diciembre en nuestro Centro de Yoga.
En un clima de vibración divina por el canto de mantras, nuestro maestro recordaba que hace más de 25 años enseña Yoga y que su trabajo se centra en despertar conciencia, para que las personas vean que existe otra forma de vivir, con una mente despejada y un espíritu libre. “La persona que hizo contacto con su centro, ya no le tiene miedo a la muerte, vive totalmente en paz; no tiene miedo a perder porque ya se tiene a sí misma. Esa persona empieza a descubrir algo muy bello: el estar contento, porque empieza a hacer las cosas que le agradan”, señaló.
En el Evangelio de Gurú Nanak, el 1º Gurú de los Sikh (una de las religiones más nuevas de la India), hay un texto muy lindo que se llama “Las Estaciones de la vida”, en su tercera parte dice: “En la tercera estación de la vida ¡Oh amigo! el ganso se ha posado en el estanque. La juventud decrece, la vejez extiende su mano, la vida disminuye, los días pasan. Al final, oh ciego amigo, te arrepentirás cuando seas cegado por Yama. (Dios de la muerte). Todo lo que habías hecho tuyo en un momento será propiedad de otro. La sabiduría te dejó, la astucia se fue, Nanak dice: ¡Oh hombre! en la tercera estación de la vida recuerda a tu Señor. Dirige a EL tus pensamientos”.

En estos días cuando marcamos el comienzo de otro año e inevitablemente hacemos un análisis de lo que hicimos en este último año, es preciso sincerarnos con nosotros mismos y observar cuáles son nuestras prioridades. Observar cuál es nuestra búsqueda: buscamos esa quietud, esa receptividad de la que nos habla nuestro maestro, y elegimos el Yoga como herramienta o solamente queremos relajarnos dos o tres veces por semana para seguir en esa rueda que gira siempre en el mismo sentido, viendo los días pasar, la juventud decrecer, mientras acumulamos cosas para que un día sean propiedad de otro. Queremos seguir soñando con un futuro que quizás nunca llegue, viviendo en la periferia donde todo gira alrededor de los demás, con los mismos sufrimientos, los mismos problemas, las mismas historias de vida de generación en generación.

El Yoga que nos propone Anant a través de la enseñanza de todas las técnicas de respiración, meditación, posturas y la filosofía de la Escuela de la Trascendencia nos conduce a la expansión de nuestra conciencia. Cuando nuestra conciencia se transforme, encontraremos esa quietud que nos permite VER que hay otra forma de vida. Una vida donde comencemos a hacer algo por nosotros, sin responder tanto a los demás, con la mente despejada y el espíritu libre. Una vida plena, con salud mental, espiritual y física. Cuando nuestra conciencia se expanda y llegue el momento de transitar la tercera estación de la vida, nos daremos cuenta que nuestro fin último es recordar a nuestro Señor y dirigir a El nuestros pensamientos.

Cómo alimentarnos para vivir mejor

Cuando tomamos conciencia de que el alimento es más que una cuestión de gustos y que tiene que ver con nuestra constitución física, celular, muscular y de la energía en sí, entonces la concepción es diferente, tendremos más en cuenta el papel que cumple en la parte nutricional y energética. En nuestro Centro de Yoga promovemos una alimentación natural basada en lácteos y vegetales para mejorar nuestra calidad de vida. Una buena dieta tiene que estar constituida de cinco elementos:
-Hidratos de carbono o glúcidos: son la principal fuente energética del organismo. Lo encontramos en los azúcares que se hallan en el azúcar, miel, frutas frescas y secas; en los almidones que están presentes en los cereales, pastas y pan; en las féculas: papas, batatas, mandioca, castañas y plátanos.
-Proteínas: se encargan de la construcción y mantenimiento de los tejidos orgánicos y de producción rápida de energía. Las principales fuentes de proteínas son: la leche y sus derivados, las legumbres, los cereales, las frutas oleaginosas (nuez, almendra, avellana y coco), verduras, el germen de trigo, la levadura de cerveza y las algas marinas.
-Lípidos o grasas: las grasas y aceites son energía de reserva del organismo y protegen como una almohadilla los órganos vitales, transportan las vitaminas A-D-E Y K que solo se absorben a través de un medio graso. La podemos encontrar en la manteca y en la leche principalmente.
- Sales minerales: intervienen en la formación de los líquidos del organismo (sangre, saliva, orina) como también de los huesos, dientes, cartílagos, células. El calcio, el fósforo y el magnesio son esenciales para la formación y conservación de los huesos y de los dientes.
- Vitaminas: su papel en la salud es sumamente importante, interviniendo en los procesos de inmunidad y mediando en funciones metabólicas, como el crecimiento celular, la producción de energía, la reproducción.
Para que los alimentos de nuestra dieta nos aporten el máximo beneficio, la proporción de estos nutrientes debe ser aproximadamente la siguiente: 60% hidratos de carbono, 30% de grasas y 10% de proteínas.

viernes, 4 de diciembre de 2009

El desapego es el punto de partida para la transformación

En el último entrena-
miento hablamos sobre
la Transformación.
Entendemos que esta
transformación no es gratuita, hay un trabajo interno profundo para llegar a ella.



Un gran punto de partida para la transformación es ESTAR EN EL PRESENTE, que no implica solamente estar atentos con nuestros cinco sentidos, sino algo más abarcativo como poder VER la totalidad de la realidad que se nos presenta sin el filtro de nuestra mente que la interpreta o condiciona, o sea VERLA y VERNOS ante esa realidad, y ver nuestra tendencia mental a modificarla de acuerdo a nuestra conveniencia.Luego poder sobreponernos ante esto que vemos en lugar de buscar el opuesto, sin pretender cambiar la realidad, así simplemente nos entregamos a ella.
Hablamos de un requisito fundamental para la transformación: el DESAPEGO, observamos que el desapego no se refiere solo a aquellas cosas materiales, a las personas o afectos, es algo mucho más amplio, implica el desapegarse del EGO, de todas nuestras tendencias, vemos lo importante que es librarnos de nuestros obstáculos mentales; Pathanjali los define (en sánscrito) como Kleshas y Viksepas. Son aquellos obstáculos relacionados con nuestras miserias y aflicciones, que no nos permiten crecer ni despegar, ya que para esto se requiere una gran energía.
Cuando hablamos de desapegarnos del Ego nos referimos también a aquellas cosas que uno quiere tener o a un concepto que uno tiene de lo que deberíamos tener para ser felices. Nuestro maestro Ángel nos dice: “no siempre lo que queremos es lo que necesitamos”.
También hablamos del desapego al pensamiento. Estamos acostumbrados a usarlo para solucionar algo bajo la creencia de que éste nos puede permitir una solución más efectiva, y porque nuestra mente necesita especular sobre lo que cree es más conveniente. No tenemos en cuenta el uso de otras facultades que van más allá del pensamiento, porque nos producen cierta inseguridad por ser desconocidas. Estas facultades tienen que ver con la trascendencia de la que tanto hablamos.
Es importante para la práctica del desapego VER EL MOVIMIENTO, ya que todas las circunstancias van cambiando y aferrarnos a ellas no nos permite seguir el ritmo natural de la vida y de sus acontecimientos, produciendo dolor y aflicción por querer mantener las cosas como eran.
El desapego no implica renuncia, porque no implica dualidad. No es un optar esto por aquello. Podemos tener algo, desapegándonos aún mientras lo tenemos, así podemos disfrutarlo mucho más, ya que nos liberamos del miedo a perderlo. Como dijimos, el desapego no implica una renuncia, sino un estado de conciencia de lo temporal y relativo de todas las cosas.
Gaby y Silvana