
El sábado 1º de agosto se realizó un taller de mantras donde pudimos vivenciar y sentir la vibración de esta milenaria música. Repetir mantras no es rezar, es vibrar, es entrar a una frecuencia muy apacible, de mucha paz. Los mantras tienen una frecuencia que viene del Sánscrito, son como las notas musicales.
Los rishis, los grandes sabios del norte de la India, de Rishikesh, lograron en estados de éxtasis escuchar los sonidos internos de los chakras (centros de energía). A cada pétalo del chakra le asignaron una letra y así nació el Sanskrit o Sánscrito, luego con la perfecta combinación de ellas nacieron los mantras.
Todos los mantras están contenidos en el OM, que es la vibración suprema que encierra todos los sonidos, es el sonido de Brahma, el sonido de la creación. Es un decodificador de palabras en Sánscrito que activa ciertos puntos de energía.
El mantra te libera del pensamiento y crea una vibración más positiva, más trascendental. Cuando un mantra se despierta dentro tuyo, comienza una gran transformación interna.
Repitan mantras, porque lo que piensan no les deja vivir. La vida no es pensar, es sentir. Dejen salir esa parte bondadosa que todos tienen, no se queden con los pensamientos. Repitiendo mantras se liberan de muchas obstrucciones de la mente; con su mente es obsesivo, temático.
El mantra es un gran instrumento para su autorrealización, lo conduce a un estado meditativo, muy armónico, muy lindo.